MASA: 4 huevos grandes, 12 cucharadas soperas de aceite de
oliva tostado, 12 de azúcar y 12 de leche, ralladura de 1 limón, canela,
vainillina, 1 sobre de levadura Royal y otro de Tigre, sobre 700 g de
harina.
PARA FREÍR: Aceite de girasol.
PARA EMBORRIZAR: azúcar y
canela.
Elaboración: Antes de hacer la masa debemos de haber tostado el aceite de oliva y dejado enfriar.
MASA: Se separan las claras de las yemas. A las yemas le añadimos el aceite tostado frío, el azúcar, la leche, la ralladura de limón, la canela y la vainillina. Se mezcla todo muy bien.
En otro recipiente se montan las claras a punto de nieve y se añade a la mezcla anterior poco a poco removiendo.
Se va añadiendo poco a poco la harina y los sobres de levadura tamizando y amasando con una mano (paciencia porque se pone uno hasta las orejas). Cuando la masa adquiera la consistencia necesaria se deja reposar tapada con un paño unas horas.
En otro recipiente se montan las claras a punto de nieve y se añade a la mezcla anterior poco a poco removiendo.
Se va añadiendo poco a poco la harina y los sobres de levadura tamizando y amasando con una mano (paciencia porque se pone uno hasta las orejas). Cuando la masa adquiera la consistencia necesaria se deja reposar tapada con un paño unas horas.
Una vez pasado el tiempo de reposo, nos mojamos muy bien las manos y la superficie de trabajo con aceite de girasol, que tendremos en un recipiente para repetir la operación varias veces. Con las manos vamos cogiendo porciones de masa hacemos un rulo y cerramos. Colocamos sobre la superficie untada de aceite de girasol (o con harina) y con la punta de un cuchillo se hace una raja por todo alrededor.
FREÍR:
En la sartén con mucho aceite se van friendo de esta manera: Se echan los roscos en la sartén con el fuego al mínimo (o con la sartén retirada del fuego) y cuando el rosco suba a la superficie se pone a fuego medio, dándoles la vuelta y controlando que estén bien doraditos por fuera y cuajados por dentro.
EMBORRIZAR: Cuando los roscos están fritos se dejan enfriar un poco sobre papel absorbente y a continuación los pasamos por el plato de azúcar y canela y colocando sobre una bandeja cubierta con papel absorbente.
Cuando se han enfriado completamente se pueden guardar en un recipiente tapado para que duren varios días, aunque yo aconsejo comérselos cuanto antes no vayan a ponerse duros.
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