Elaboración: Para limpiar el pulpo, es preciso lavarlo mucho, frotándolo mientras en enjuaga, Se le quitan una bolsa amarilla que lleva en su interior, la boca y los ojos. Con el mazo del mortero se machacan bien las ventosas, para que suelten las posibles arenas que pudieran tener, Después, se mete varias veces en agua, frotándolo nuevamente hasta que esté limpio del todo.
Para que se ponga, más blando podemos congelarlo durante un par de meses y sacarlo para cocerlo cuando lo vayamos a consumir.
Se pone agua a hervir en una olla de taaño apropiado, con dos hojas de laurel. Cuando el agua esté hirviendo, se coge el pulpo y "se asusta", esto es, se introduce y se saca del agua tres o cuatro veces hasta que veamos que se encoge o rizan los tentáculos (se asusta), y siempre con el agua hirviendo a borbotones. En este punto, se le deja seguir cociendo, por espacio de media hora si es pequeño y más tiempo si es mayor. Al final de la cocción se sazona con sal.
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