Elaboración: En una sartén sellamos los solomillos enteros después de haberlos salpimentado. Los sacamos y los cortamos en medallones gruesos. Los volvemos a poner en la sartén y los sellamos por ambos lados, dejándolos crudos en su interior. Reservamos.
Pelamos una buena cantidad de ajos y los ponemos en la misma sartén anterior con otro poco aceite hasta que estén ligeramente dorados.
Cuando tengamos lo ajos añadimos el whisky con mucho cuidado que “rebosa”...y puedes quemarte. Dejamos que evapore el alcohol.
Añadimos el zumo de uno o dos limones y un vaso de caldo de carne. Ponemos la mantequilla, mezclando suavemente y añadimos el comino, la pimienta y el laurel.
Pasado un rato ponemos los solomillos que tenemos reservados en la salsa y dejamos que terminen de hacerse, pero no demasiado tiempo para que no se sequen.
Mientras se hace el solomillo, pelamos y cortamos unas patatas. Las freímos en abundante aceite de oliva.
Emplatamos y a disfrutar.
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